Ya que pasamos una gran cantidad de tiempo durmiendo (aproximadamente la tercera parte de nuestra vida) es preciso que tanto el colchón como la almohada, las sábanas y las mantas se adapten a nuestras necesidades. Por esta razón, en el siguiente artículo aprenderás cómo elegir la almohada perfecta para descansar como corresponde ya sea una almohada viscoelastica o no.
¿Por qué es preciso tener una almohada cómoda?
Testigo de nuestros llantos y nuestros pensamientos, compañera de sueños y protectora cuando tenemos miedo, la almohada es algo tan personal que no podemos tomarnos a la ligera su elección. Es el apoyo de la cabeza y el cuello mientras dormimos. Menuda tarea tiene la pobre.
Si duermes usando una buena almohada evitarás:
Dolores de cuello, espalda u hombros
Ronquidos y silbidos
Problemas para respirar
Dolores en las extremidades superiores
Estornudos
Insomnio
Pesadillas
Mala circulación de la sangre
Lee también: 5 formas sencillas de mejorar la circulación sanguínea: ¡Ponlo en práctica!
¿Cuáles son las reglas para elegir una buena almohada?
Relajarse
La postura que usamos para dormir y la complexión física son dos cuestiones que no debemos dejar de lado en el momento de optar por una almohada y no otra. Es preciso saber que, cuando nos acostamos, la columna vertebral debe quedar recta, al igual que ocurre cuando estamos parados. Desde el comienzo de las cervicales hasta la cadera ha de quedar bien alineada.
Es necesario siempre dormir usando almohada para que nuestros músculos descansen y se relajen. Por el contrario, acostarse toda la noche sin ella es igual a pasar la jornada completa con el cuello girado hacia un lateral.
En esta zona hay una gran cantidad de ligamentos, articulaciones y músculos que se van tensionando durante el día, por eso es vital que se relajen durante las 8 horas (ideales) que dormimos. Si no es así, al levantarnos nos duelen y no nos permiten realizar nuestras actividades cotidianas.
Elegir almohada según el material
Los 3 materiales más recomendados para una almohada son:
Fibra
Cómoda, fresca y transpirable. Permite que la circulación del aire favorezca la absorción de la humedad. Se puede lavar y eso sirve para mantener la higiene durante el descanso.
Viscoelástica
Se adapta a la forma de la cabeza y es termosensible. Es decir, que proporciona un apoyo perfecto a la nuca y sirve para descansar por completo la zona cervical.
Látex
Suave y agradable, su estructura interna de células abiertas permite más ventilación e higiene.
Elegir según la postura
Para poder elegir una almohada es necesario tener en cuenta la posición que adoptamos para dormir:
Boca abajo
Se recomienda que sea blanda y fina porque las que son demasiado duras dificultan la respiración o aprietan la garganta. Es preciso que la almohada permita a la cabeza quedar alineada con el cuerpo.
Boca arriba
Una almohada con un grosor y una firmeza intermedios es la más adecuada, ya que la parte de la cabeza que se apoya es la nuca y las cervicales necesitan reposar sin problemas.
De lado
Si elegimos una almohada muy dura estaremos forzando el cuello y haremos que quede excesivamente levantado. Si es demasiado blanda el cuello “caerá” y no se podrá alcanzar la alineación de la columna recomendada. Por lo tanto, una intermedia es la correcta.
De lado
Existe una especie de “fórmula” que permite identificar qué medida debe tener la almohada perfecta. Con un metro fíjate cuánto mide la distancia entre el extremo del hombro hasta la cara (hasta donde está la oreja). A ese resultado se le deben sumar entre 2 y 4 cm, según la dureza deseada. Por lo tanto, los que tienen hombros más anchos necesitarán un almohada más gruesa que aquellos con hombros más estrechos.
Almohadas y ronquidos
¿Sabías que existen almohadas viscoelasticas que evitan los ronquidos? Como la mejor posición para descansar y no despertar a todo el mundo con la serenata de ruidos es de lado y con la columna derecha, se recomienda tener un apoyo adecuado a estas necesidades.
El síndrome de apnea obstructiva se produce cuando las vías respiratorias se cierran parcial o casi totalmente. Hay pacientes que presentan la llamada “apnea de posición”, es decir que solo roncan cuando duermen boca arriba.
Para evitarlo, es preciso usar una almohada no demasiado alta, así la cabeza no quedará flexionada hacia adelante y los conductos no se obstruirán. En el mercado podemos encontrar modelos especialmente diseñados para quienes desean adoptar una posición de lateral y no provocar cierres en las vías respiratorias.
Visita este artículo: Cómo eliminar los ronquidos
Cabe destacar también que una almohada tiene un tiempo útil de duración. Entre dos y tres años es lo máximo que se puede usar, pasado ese periodo de tiempo es necesario comprar una nueva. Esa vida depende, además, de la cantidad de veces que la lavemos.
En el caso de los niños, muchos padres se preguntan a partir de qué momento pueden comenzar a usar almohada. Ya que los bebés tienen una cabeza más grande en proporción al cuerpo, no precisan utilizarla durante los primeros meses de vida. Cumplido el año se permite colocarla en la cama. Al principio ha de ser de material hipoalergénico y bien mullida.
Sería bueno que cada persona llevara su almohada allá donde vaya. Esto incluye las vacaciones, un viaje de negocios o cuando se duerme en casa de su novio/a. ¡O en este último caso puede tener una de repuesto!